Definición de gas

La palabra gas fue acuñada por el científico Jan Baptista van Helmont en la primera mitad del siglo XVII, a partir del vocablo latino chaos. Se trata de aquella materia que tiene poca densidad y que, por lo tanto, puede extenderse de manera indefinida.

Esto nos permite decir que el gas es el estado de agregación de una materia que carece de volumen y de forma propios, algo que le permite diferenciarse de un líquido o de un sólido.

A la hora de hablar de gas tenemos que determinar que varias son las señas de identidad que los identifican claramente respecto a otros tipos de fluido. Así, entre las mismas se encuentra el hecho de que existe una gran distancia de vacío entre las partículas que lo conforman lo que trae consigo que sea posible su comprensión.

De la misma forma también se establece que las citadas partículas se encuentran en todo momento en movimiento lo que supone que estén chocando contra las paredes de los recipientes que las contienen sobre las que ejercen presión.

Y todo ello sin olvidar tampoco el hecho de que cuando dos gases entran en contacto lo que se produce es una mezcla en la que partículas de ambos quedan perfecta y uniformemente repartidas. Esto se consigue tanto al citado movimiento que las mismas tienen en todo momento como al gran espacio que existe entre ellas.

El término se utiliza, de forma genérica, para referirse a los gases capaz de generar combustión y que se utilizan en el hogar o la industria. Por ejemplo: “Cuidado con esa hornalla que tiene poco gas y no cocina bien”, “Tenemos que pagar el gas o lo van a cortar y nos tendremos que duchar con agua fría”, «Una fuga de gas causó la explosión».

El gas, por otra parte, es la combinación entre aire y un producto carburante que sirve para poner en funcionamiento un motor: “Tengo que cargar gas al coche así podemos llegar a la playa sin problema”, “Quiero comprarme un auto que funcione a gas porque es más barato que la nafta”.

Gracias a su capacidad como combustible, la noción de gas se emplea, en sentido figurado, como sinónimo de impulso, fuerza o arranque: “A este equipo hay que darle gas, no puede ser que pierda tres partidos seguidos como local”, “Me hace falta gas, no aguanto otra noche despierto por culpa del estudio”.

Actualmente podemos establecer que nos encontramos con una gran variedad de gases. Así, por ejemplo, se habla de lo que se da en llamar gas ciudad que es aquel que se distribuye por redes urbanas para lograr que en cada hogar exista el combustible necesario para poder llevar a cabo acciones como cocinar o disfrutar de agua caliente.

De la misma forma, está el gas hilarante que se define porque tiene una serie de características o propiedades de tipo anestésico.

Este término, además de todo lo citado, se emplea en una serie de expresiones populares como “a todo gas” con la que se viene a decir que una persona o un vehículo se encuentran funcionando a una gran velocidad.

Cabe destacar, por último, que se conoce como gas a todos aquellos gases que se generan en el aparato digestivo. Las flatulencias son las mezclas gaseosas expulsadas a través del ano que disponen de un sonido y de un olor muy particulares.

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