Definición de edicto
Edicto es el mandato o decreto publicado con autoridad de un magistrado. El concepto procede del latín edictum, un vocablo que se utilizaba para nombrar al pronunciamiento de los magistrados romanos sobre cuestiones relativas a su competencia.
En la Antigua Roma, los pretores eran los principales emisores de edictos. El pretor era un magistrado que se encargaba de administrar justicia. Podía tratarse de un pretor urbano (dedicado a resolver asuntos entre los ciudadanos romanos) o de un pretor peregrino (quien dirimía litigios entre ciudadanos romanos y extranjeros o peregrinos).
Al iniciar su mandato, los magistrados emitían un edicto para informar cómo iban a desarrollar su tarea. Cada edicto era publicado a la vista de los ciudadanos y constaba de tres partes: una introducción (donde asegura la obediencia de las personas), una parte central (con las modificaciones respecto al pretor anterior) y un apéndice.
Los edictos podían ser perpetuos (que tenían validez durante todo el mandato del pretor) o repentinos (emitidos para un caso concreto y con validez exclusiva para él). Otra clasificación habla de edictos traslaticium (redactados por el pretor antiguo y utilizados por el nuevo sin ningún tipo de modificación) y edictos novum (difundidos por el pretor anterior y reutilizados por el nuevo con algunos cambios).
A lo largo de la Historia han existido muchos edictos importantes que han significado un hito por determinados motivos. Así, por ejemplo, tendríamos que hacer referencia al conocido Edicto de Milán, que se promulgó en el año 313 en la misma ciudad que le da nombre. Ha pasado a ser llamado también como “La tolerancia del cristianismo” ya que en él se determinaba la libertad y la tolerancia religiosa en el Imperio Romano.
Los emperadores Licinio y Constantino I fueron los que se encargaron de rubricar a aquel documento que permitió así que se pusiera fin a las interminables, trágicas y multitudinarias persecuciones que se realizaban por culpa de la religión, principalmente a los cristianos. Gracias a él empezaría la llamada Paz de la Iglesia.
No obstante, tampoco hay que olvidarse de otros importantes edictos como el de Nantes. Este se promulgó a finales del siglo XVI, concretamente en el año 1598, por orden del rey Enrique IV de Francia. Gracias a él también se pusieron fin a las guerras religiosas que estaban asolando el país y que habían traído consigo numerosas víctimas que habían muerto por su fe.
Y es que lo que se establecía en aquel era la libertad de culto, especialmente referida a los protestantes. Así, lo demuestra el hecho de que en los casi 100 artículos que daban forma al edicto, se establecía que incluso aquellos podían estar protegidos de las acciones de la Santa Inquisición cuando viajaran fuera de Francia y además podían formar parte de las altas autoridades del país.
En la actualidad, la noción de edicto hace referencia a una comunicación judicial que se hace pública para dar noticia de algo que debe ser notorio para todos. Por ejemplo: “El Juzgado Nro. 8 publicó un edicto en el diario La Gaceta donde notifica a los usuarios que deberán cambiar de empresa en los próximos treinta días”.