Definición de contenido
Contenido es algo que se contiene dentro de una cosa. El término suele utilizarse para nombrar al producto que se encuentra en un envase o recipiente.
Por ejemplo: “La botella es muy grande y vistosa, pero el contenido es escaso”, “Las caracterísiticas del contenido pueden diferir de las expresadas en su descripción”, “Tengo que llevar mi propio envase y en la empresa me dan los contenidos necesarios”.
Aquello que se encuentra en el interior de una jarra es el contenido que tiene el recipiente en cuestión.
El contenido como información
El contenido también es la información que presenta una obra o publicación. En este caso, los contenidos están compuestos por distintos datos y temas: “Esta película tiene un contenido violento y sexista”, “No quiero que mi hijo lea libros de contenido adulto”, “La crítica alabó la belleza de las imágenes, pero sostuvo que el contenido es pobre y previsible”.
Vivimos en una era en la cual, más que nunca, reinan los medios de comunicación masiva, por lo cual el contenido de sus mensajes tiene un peso muy grande en nuestro desarrollo. La televisión y la radio han gozado de una amplísima aceptación desde hace décadas, pero en la actualidad su influencia se ve potenciada por los dispositivos móviles y las redes sociales, que sirven para asegurarse de que las ideas que intentan vender se cuelen en cada rincón de la ciudad.
Las diferencias con la forma
Otro uso del concepto de contenido aparece en la dualidad forma/contenido. En distintas ramas del arte o de la expresión, se entiende como forma al modo de presentar o difundir un mensaje, mientras que el contenido es el mensaje en sí mismo. En otras palabras, la forma es la estructura y el contenido es la unidad de sentido.
La forma suele asociarse al atractivo estético o sensorial, como una agradable combinación de colores en la fotografía de una película o una retorica pulida en un libro. El contenido, en cambio, es aquello que se dice, y no cómo se dice.
Un mismo mensaje puede ser presentado de diversas maneras, con diversas formas. Esto representa un peligro para los consumidores, sobre todo cuando se intenta forzar la difusión de contenido violento en los niños. A diario nos encontramos con expresiones de especismo, racismo, machismo, homofobia, entre otras caras que cobra la intolerancia, pero la intención no siempre salta a la vista.
La idea de contenido puede aludir al mensaje o la información que se difunde a través de un medio de comunicación.
El contenido de las publicidades
Algunos de los casos más gráficos de contenido repulsivo cubierto de forma estéticamente aceptable se pueden apreciar en las publicidades, especialmente en las televisivas. Tomemos, por ejemplo, los comerciales de productos de limpieza del hogar: casi sin excepción, van dirigidos a las mujeres, a las amas de casa, dejando bien claro que su papel en el mundo gira en torno al mantenimiento de la casa mientras su marido sale a conseguir el dinero.
Seguramente, una mujer bien vestida, con un cuerpo agradable y en una casa reluciente y espaciosa, recibiendo a su marido ejecutivo y atractivo no genera el mismo impacto que la versión realista del cuadro, en la cual se respira frustración y que se ve adornada de insultos y humillaciones. Lo mismo ocurre con las publicidades de alimentos procedentes de animales, tales como la leche o la carne, cuando intentan hacer creer a los televidentes que las vacas y los cerdos llevan vidas felices.
Otros usos del concepto
Contenido también es un adjetivo que permite nombrar a alguien que se conduce con moderación o que está protegido o controlado: “El capitán del seleccionado estuvo contenido por los defensores rivales”.
La contención, a nivel emocional, se da cuando una persona siente que puede confiar en otra para compartir sus problemas, que encuentra en ella un refugio insondable para sus miedos. Normalmente se habla de «un hombro en el cual llorar» para referirse a ese ser que nos hace sentir contenidos, que nos recibe cuando más lo necesitamos.