Definición de camino

Se conoce como camino a las vías que se construyen para permitir el desplazamiento de hombres y vehículos. Partiendo de este significado, el término puede hacer referencia a algo físico y real (como lo es una ruta por donde circulan los coches o un sendero para recorrer a pie que conduce hacia determinado lugar), o a un rumbo abstracto de carácter espiritual (“Quiero encontrar mi propio camino y ser feliz”).

Un camino, por lo tanto, es también un concepto que deja al descubierto un cierto comportamiento moral (“Debes seguir un camino recto y honesto”), una orientación que debe respetarse para alcanzar un objetivo o arribar a algún lugar (“Sigue por ese camino y lo encontrarás”) y un medio para conseguir algo (“Es el mejor camino para lograr un ascenso”).

Por otra parte, se conoce como camino al recorrido que siguen o siguieron ciertas personas o culturas. En este contexto, por citar un ejemplo, el denominado Camino de Santiago identifica un itinerario que permite a miles de peregrinos y turistas dirigirse a Santiago de Compostela, una ciudad que visitan con el fin de venerar los restos del apóstol Santiago el Mayor.

El sistema de vías que construyeron los incas se conoce como Caminos del Inca. Se trata de senderos que convergen en la ciudad peruana de Cusco y que fueron utilizados para unirla con Bolivia, Chile y Argentina.

La noción de camino también es importante en la literatura y en la cultura. “El camino” es una novela del español Miguel Delibes publicada en 1950, “Camino de servidumbre” es un ensayo de Friedrich Hayek editado en 1944, “Camino” es un libro de espiritualidad creado por San Josemaría Escrivá de Balaguer (el fundador del Opus Dei) y “En el camino” es una novela del estadounidense Jack Kerouac, que fue publicada en 1951.

El buen camino, la derecha y la izquierda

A pesar de las diferencias lingüísticas, en muchos países se maneja el concepto del buen camino, el correcto, el que todos los seres humanos que se precien de ser decente y honrados deberían seguir. Las preguntas que surgen inmediatamente son cómo saber si lo estamos transitando, cuáles son sus características y si realmente existe una sola versión del mismo.

Las referencias religiosas son prácticamente inevitables en este caso, dado que las personas tienden a congregarse en torno a instituciones que promueven la adoración a seres divinos y que suelen presentar un modelo de vida necesario para el acercamiento a sus principios y creencias. Por ejemplo, el buen camino suele ser antónimo de homosexualidad y divorcio, y sinónimo de un estilo de vida propio de un catálogo, que consiste en casarse y reproducirse indefinidamente.

Tomando este último ejemplo, podemos decir que el buen camino, para ciertas porciones de la sociedad, consiste en obligarse a uno mismo a amar a alguien del sexo opuesto y tener hijos con esa persona, despreocupándonos de las consecuencias que esto traiga tanto a los niños que nazcan de nuestra unión como al planeta. La crisis económica, la sobrepoblación, la contaminación, el vandalismo infantil, no deberían importarnos si queremos ser personas de bien.

Las corrientes de pensamiento, al parecer, suelen representarse gráficamente con ubicaciones dentro de una gran ruta, con direcciones e inclinaciones; la derecha y la izquierda son un claro ejemplo. Si bien se pueden entender como diferentes puntos de vista, que plantean modelos de vida incompatibles, estas etiquetas suelen denotar mucho desprecio cuando las utiliza un integrante de un grupo para hablar del otro.

La percepción general dicta que la derecha es conservadora y tradicionalista, mientras que la izquierda es sinónimo de revolución, de propuestas radicales. Dada la naturaleza opuesta de dichas palabras, no se espera que estos grupos lleguen a un entendimiento.

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