Definición de buceo
El buceo es una actividad subacuática que puede realizarse con fines recreativos, investigativos o deportivos. Consiste en ingresar al agua y sumergir la totalidad del cuerpo, por lo que, en general, se desarrolla con la ayuda de algún tipo de equipamiento que permite al buzo no tener que salir a la superficie a respirar.
Por ejemplo: “Me gustaría tomar un curso de buceo antes de viajar a México”, “Muchos turistas optan por el buceo en el lago, aunque otros prefieren hacer senderismo en el cerro”, “El instructor de buceo nos sugirió que no nos alejemos demasiado de la embarcación”.
Cuando la persona decide bucear sin ningún tipo de aparato o equipo, se habla de buceo libre. Esta práctica implica, simplemente, sumergirse en el agua y nadar por debajo de la superficie mientras se aguanta la respiración. Por cuestiones lógicas, al bucear de esta manera, debemos salir a flote con mucha frecuencia para tomar oxígeno. Por eso, resulta imposible alcanzar grandes profundidades.
Para observar las maravillas subacuáticas, como corales o peces, resulta más apropiado disponer de un equipo de buceo. Ciertos componentes básicos son las máscaras protectoras para los ojos (que facilitan la visión bajo el agua), las aletas o patas de rana (para facilitar el desplazamiento), un traje protector (el cual nos permite resistir las bajas temperaturas del agua, sobre todo en las zonas más profundas) y, por supuesto, el tanque de oxígeno con el resto de los elementos asociados para poder respirar debajo del agua.
Es posible practicar buceo cerca de la superficie sin ayuda de oxígeno adicional. Sólo necesitamos de un snorkel, que es un tubo alargado que va de la boca del individuo a la superficie y que permite respirar aún cuando el sujeto esté con la cara bajo el agua. Las alternativas menos demandantes del buceo son las más buscadas por turistas y personas que sienten curiosidad pero que no cuentan con el entrenamiento necesario ni desean adquirirlo.
Entrenamiento necesario
Dado que muchas personas saben nadar desde pequeñas, a menudo se pasa por alto la importancia y el nivel de exigencia de la preparación física y mental a la que debe someterse cualquier individuo que desee practicar buceo; como curiosidad, algo similar ocurre con el entrenamiento para convertirse en astronauta, salvando las distancias.
Para los seres humanos, el agua es un medio muy inestable y, a veces, impredecible, que nos obliga a realizar un esfuerzo físico mayor para trasladarnos del que estamos acostumbrados en tierra. Sobra subrayar nuestra imposibilidad de respirar una vez sumergidos, por lo cual el entrenamiento debe hacernos capaces de aprovechar al máximo nuestras energías para enfrentar todas las limitaciones y saber superar situaciones de emergencia.
El trabajo aeróbico adecuado colabora con la adaptación de los sistemas respiratorio y cardiovascular a la experiencia de buceo, ayudándonos a mejorar la glucólisis aeróbica (obtención de energía) y a economizar nuestros recursos, para ser tan eficientes como sea posible a la hora de realizar movimientos bajo el agua.
Uno de los ejercicios clave del entrenamiento tiene como objetivo extender el tiempo de apnea, es decir, el que somos capaces de resistir sin respirar. Siempre es aconsejable contar con la supervisión de un tutor, para indicarnos la adecuada progresión de las inmersiones y para asistirnos en caso de mareos.
Algunas de las actividades recomendados para mejorar la capacidad pulmonar son la natación, el baile, los steps, los aeróbics y el ciclismo. Lo más importante es ser constante en la intensidad y la frecuencia de las prácticas, y aumentar las variables progresivamente, a medida que el cuerpo se adapte a las exigencias. Cabe aclarar que todo esto depende de la edad y las condiciones de cada persona, por lo cual no se debe proceder sin los conocimientos adecuados.