Definición de biblioteca
Un vocablo griego derivó en el latín bibliothēca, que llegó al castellano como biblioteca. La primera acepción que recoge el diccionario elaborado por la Real Academia Española (RAE) alude a la entidad dedicada a la compra, el resguardo, el análisis, la exhibición y el préstamo de libros y de otro tipo de documentos.
Por ejemplo: “Voy a ir a la biblioteca a ver si encuentro el libro que me pidieron que lea en la facultad, “La biblioteca de mi barrio tiene una gran colección de cuentos infantiles”, “Recuerdo esa novela, la leí hace unos años en la Biblioteca Nacional”.
En un sentido amplio, puede decirse que las bibliotecas son instituciones que facilitan el acceso a los libros. Más allá de su función básica, estas organizaciones también pueden conservar otras clases de materiales, como documentos históricos, diarios, etc. Además es habitual que pongan en marcha actividades culturales, como presentaciones de libros, lecturas de poesía, conciertos y otras propuestas.
Para estar en condiciones de funcionar, una biblioteca primero debe contar con una colección de obras, que puede formar a partir de adquisiciones o de donaciones. Una vez que cuenta con este acervo, tiene que organizarlo para que los libros puedan ser encontrados con facilidad y puestos a disposición de los usuarios. Finalmente debe definir su funcionamiento: hay bibliotecas que solo posibilitan la lectura de los materiales en sus instalaciones, mientras que otras permiten que las personas se lleven a las obras a su casa y luego las devuelvan.
Los amantes de la literatura no sólo buscan que las bibliotecas tengan un gran selección de libros, sino que también les ofrezcan un ambiente agradable para disfrutar de ellos. Uno de los edificios más bellos del mundo es el de la Real Biblioteca del Monasterio de El Escorial, fundada por Felipe II y creada con la colaboración de diversos humanistas de gran importancia que buscaban la biblioteca perfecta.
En sus impactantes salas se pueden apreciar grabados, dibujos, retratos, mapas, réplicas de animales y plantas, instrumentos propios de la ciencia y astrolabios, entre otros elementos que enriquecen la experiencia de los lectores. Visitarla es como viajar en el tiempo, a una época en la cual la gente parecía tener más tiempo y predisposición para llenarse de conocimientos y viajar a tierras de fantasía.
Aunque su definición tradicional siempre hace referencia a un edificio en el cual están alojados los libros, existen también las denominadas bibliotecas itinerantes, coches de diferentes tipos que llevan los libros por la vía pública para que más personas puedan acceder a ellos. En este caso hay una mayor versatilidad en la estructura, ya que puede tratarse de un autobús, de una furgoneta o de un carro tirado por otro vehículo.
La biblioteca itinerante es un invento que apunta a maximizar el acceso a la cultura, en este caso particular a los libros, para evitar que aquellas personas alejadas del centro o con movilidad reducida se queden sin este ingrediente tan importante de la formación intelectual.
Así como ocurre con la música académica, la literatura sufre de ese tópico que la presenta como una disciplina elitista, que requiere ciertos conocimientos para disfrutarla; precisamente, a través de movimientos como la biblioteca itinerante, se busca dejar atrás estas ideas y demostrarle a la gente que las letras son para todos.
Biblioteca también es el nombre del mueble que se utiliza para almacenar libros y la denominación del conjunto de obras que guarda un individuo o un edificio: “Cuando me recibí, mis padres me regalaron una gran biblioteca de roble”, “Dejé el sobre en el salón, sobre la biblioteca”, “El escritor peruano decidió donar su biblioteca a la escuela de su pueblo natal”.